Este viernes 23 de mayo se realizó la tradicional mega célula de fin de semestre en la UNAM.

Ver a nuestros amigos después de un final de semestre agitado y estresante siempre es emocionante. Algo que me dio mucha alegría fue ver nuevos rostros, nuevas personas integrándose a las filas de los misioneros en la universidad comprometidos en llevar a sus compañeros a Jesús. Fue un tiempo donde pudimos conocer nuevas personas, jugar, saber las dificultades de otros estudiantes de IFES y orar por lo que enfrentan en su contexto. También oramos por el movimiento estudiantil de nuestro país.

Sin duda fuimos retados y confrontados por la palabra de Dios, al saber que practicar los valores del reino involucra ir constantemente en contracorriente. Ser el mayor en el mundo significa enseñorearse, ejercer potestad, pero entre los discípulos no debe ser así; el mayor será aquel que sirva. ¡Impresionante!, ¿no? Pudimos reflexionar en esta pregunta: ¿cómo estamos intentando ser mayores dentro de la universidad: enseñoreándonos de otros o sirviendo? Dios nos permita poner por obra lo aprendido en esa tarde.

Esta vez dentro de la mega célula se hizo gran énfasis en los proyectos de servicio que habrá en el verano y lo importante que resulta involucrarnos en la misión.

Al finalizar compartimos, no solo frituras, sino también el gozo de servir juntos a Dios.