El pasado jueves 4 de octubre, la Célula de Oriente cumplió su primer aniversario. Estamos muy agradecidos por cómo estamos siendo formados e integrados en este grupo de amigos en Cristo. Hemos encontrado un fuerte respaldo a través de las reuniones semanales; en el trayecto de un año, nuestra amistad se ha fortalecido con base en la confianza y todos hemos experimentado gran bendición de Dios. Nos acompañamos en oración cuando varios miembros necesitaban empleo, durante meses fuimos constantes, hasta que vimos la respuesta misericordiosa de Dios. La salud de otros también fue un tema que nos acercó, e incluso a través de esto, algunos recibimos guía de Dios muy específica para la vida.
Durante este tiempo en la célula, por medio del estudio de la Biblia y la oración compartida, hallamos respuesta a muchas preguntas y sobre todo, nos encontramos con Jesús, el Hijo de Dios, el Rey verdadero que tiene poder sobre la vida, la enfermedad, la naturaleza, los demonios y aún sobre la muerte. Hace unas semanas terminamos de estudiar el evangelio de Marcos y comenzamos con los Hechos de los Apóstoles; estamos siendo desafiados a vivir nuestra fe, a servir. Francamente, aún no sabemos bien cómo lo haremos, pero fuimos a conocer una comunidad en Valle de Xico y queremos colaborar allí, en conjunto con la iglesia. Otra área en la que estamos siendo desafiados es en desprendernos de lo material para apoyar la misión de Dios en los campos universitarios, estamos orando para que se levanten más donadores en nuestra célula.
Oramos para recordar el propósito principal: ser un grupo que influya en la iglesia y en la sociedad. Gracias a Dios quien ahora nos llama para aprender de la primera iglesia, a ser unánimes y generosos en esta, su obra de Salvación para la humanidad.