Por: Saray Virriel
Yo conocí de COMPA en la Universidad, pero los horarios de clases me impidieron seguir asistiendo a la célula, y fue hace dos años que volví a tener contacto con COMPA a través de la célula de Profesionistas de Oriente, ¡Gracias a Dios por ello!
El momento por el que pasaba cuando tuve la oportunidad de reencontrarme con el ministerio, era un tiempo de transición: estaba en la búsqueda de una nueva iglesia local, había muchas dudas en mi vida, no quería estar en el lugar incorrecto y yo sólo necesitaba estar cerca de Dios primeramente, pero también necesitaba de alguien que pudiera apoyarme en oración.
La primera vez que fui a la célula de Profes fui invitada por una gran amiga del trabajo, y me sentí un poco extraña al no conocer a nadie, sin embargo, se sentía un ambiente agradable el cual me hizo sentir mucho más tranquila y expectante de lo que en mi gran necesidad anhelaba escuchar. La amistad y fraternidad que encontré en la célula fue fundamental para mí en ese momento, encontré amigos y compañeros de batalla que hasta el día de hoy sé que puedo contar con ellos en cualquier momento. Los estudios Bíblicos sin duda han sido una parte importante en mi crecimiento espiritual, he aprendido diferentes métodos de estudio que han sido totalmente basados en Cristo y apegados siempre a las Escrituras, lo cual ha permitido un ambiente de respeto entre todos haciéndonos hablar un mismo idioma.
COMPA Profes es una oportunidad de seguir sirviendo en el ministerio, de tener tiempos de compañerismo y convivencia en diferentes actividades, y sobre todo de seguir estudiando la Palabra de Dios. Las células de profesionistas son un espacio de refrigerio que el Señor ha provisto conociendo la crudeza de este mundo caído; es maravilloso poder compartir acerca de los obstáculos que te encuentras en la vida, y darte cuenta de la empatía en el grupo, pues vamos creciendo juntos
Encontrarte con tus hermanos en la misma fe después de un día agotador de trabajo, es como recibir el tierno abrazo del Padre quien te dice: «Yo te entiendo, no estás solo, no tengas miedo», y como aprendimos durante el año en todo el libro de Hechos, darnos cuenta de que aún el Señor nos llama diciendo:
…y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra. Hechos 1:8