Siguiendo a Jesús

Este año, el Campamento Nacional me causaba mucha emoción, pero también un poco de nostalgia porque sería el último al que asistiría siendo estudiante. Tenía muchas emociones encontradas, incluyendo que tardamos cinco horas en llegar, hacía mucho calor en el autobús, y el viaje fue muy cansado.

El tema principal del campamento fue el Sermón del Monte. En la noche de bienvenida, prendimos una velita que simbolizaba la luz, la luz de Dios, y recordamos que nosotros somos esa luz del mundo. Esa noche nos invitaban a hacer brillar nuestra luz delante de todos, y meditar en cómo estamos siendo esa luz en todo nuestro entorno. Esa noche fue el comienzo de días llenos de aprendizaje y retos, como vivir con los valores del reino, lo que nos convoca a ir contracorriente, y ser dichosos al hacerlo. Recordamos que Dios nos llama a cumplir modos de ser, hacer y pensar que van en contra de lo que otros nos han dicho que debe ser.

En este campamento fui confrontada a cambiar sentimientos actitudes y pensamientos. Rendirnos a Dios y aceptar su voluntad y soberanía sobre nuestra vida y confiar en Él nos da esperanza y paz. En cada estudio, devocional, y conferencia Dios hablo a mi vida. Fue sorprendente ver la grandeza y perfección de Dios.

Tomé el taller «El gran panorama divino», y me animó a pensar muchas cosas que no debemos hacer, por ejemplo, ver la Biblia como un libro de frases célebres, o leerla de manera fragmentada ya que corremos el riesgo de malinterpretar el mensaje y sacarlo de contexto. Aprendimos a  tener claro cuál es el mensaje principal de la Biblia y cómo hay
cosas que nos pueden ayudar a trazarnos un mapa para recorrer la Biblia e identificar el plan de salvación desde Génesis hasta Apocalipsis. Tomar este taller no solo me animó a leer el libro «El gran panorama divino», sino también a tomar una materia del seminario Moore Latinoamérica y seguir creciendo en el conocimiento de las Escrituras.

En el campamento se enfatizó que hay otro Rey, otro reino y otra manera de vivir. El expositor Ziel Machado ponía este ejemplo: “intentamos matar nuestra sed con coca cola cuando nuestro corazón pide a Dios”. Todo es pasajero y momentáneo; y solo si bebemos de Él no tendremos sed jamás, algo externo no es capaz de llenar nuestra necesidad el vacío en nosotros solo Dios puede llenarlo.