Marcos 7:1-23
Toma un tiempo para leer el texto de Marcos y para orar antes de leer este pequeño post.
El contexto de esta pregunta es muy diferente al contexto en el que nos encontramos hoy en día en el cual una de las recomendaciones más recurrentes ante esta emergencia sanitaria es el lavado de manos. Debo decir que no estuve buscando (como buscar una pepita de oro) un texto en la Biblia que hablara del lavado de manos para después lanzarlo como calzador para nuestra situación actual solo por la semejanza de la frase o idea.
Este texto vino en el espacio de un estudio bíblico (virtual) que tuve con una amiga y simplemente era el texto que correspondía en nuestra secuencia, pero la verdad es que sí me hizo reflexionar sobre lo que está pasando en nuestros días, que podría resumir en algunas palabras: miedo, muerte, egoísmo, desinterés, polarización, contradicciones, falsa humildad, falsas noticias, abundante y confusa información y que sin duda alguna podría asegurar que todas estas realidades provienen de nuestro corazón.
Lo que esta pandemia ha hecho es sacar a la luz el estado último en que se encuentra la sociedad, no importando el país o continente. Y no por alguna bondad o capacidad que tenga esta enfermedad en sí para exponer esto, simplemente lo hizo más visible o notorio.
Uno de los temas más importantes es, en última instancia, el tema de la muerte; ¿cómo evitamos la muerte? No queremos morir, ya sea por esta enfermedad o por las repercusiones económicas, políticas y sociales que esta pandemia conlleve.
Así que, lo que ha salido a la luz en estos últimos meses de crisis mundial es la condición de nuestro corazón: somos egoístas y tenemos miedo, o bien no cuidamos a nuestro prójimo o buscamos acaparar porque “yo soy primero” y “aquí lo que cuenta es la supervivencia del más rico, del más poderoso, el más hábil”, o quizá has pensado: “soy joven, no presento tanto riesgo, soy de la población que menos se ve afectada”, Pero, ¿qué hay de tus publicaciones en las redes?, ¿que hay sobre la información que compartes? ¿Te dejas contaminar por mensajes de odio hacia el gobierno u otros que no están tomando la situación como tu consideras que debe ser tomada?, o que tal si aun considerado el peligro de esto, tu eres el que no está tomando las medidas de precaución pertinentes por que no eres de la población vulnerable.
¿Qué hay de tus comentarios que no toman en cuenta un panorama más amplio? Como la realidad de que muchas personas tienen que salir a trabajar diario, como tus padres. Quizá tú ahora tienes la opción de no ir a la escuela y tomar algunas clases virtuales, pero que de aquellos que no tiene acceso a internet? ¿Si vas al supermercado y compras más de un paquete de papel de baño lo haces porque estás pensando en llevar uno de esos paquetes al que menos tiene?
En el texto de Marcos, la respuesta de Jesús confronta a los fariseos y a la multitud reunida, a pensar que lo que realmente contamina al hombre es lo que sale del hombre; lo que sale del corazón.
Este virus mata solo aquellos que son susceptibles a la muerte, o sea a nosotros los seres humanos, pero, ¿por qué morimos? ¿porque somos tan frágiles? Y ¿por qué tememos a la muerte? El miedo a la muerte nos dice que algo no anda bien, es uno de los testimonios más crudos de nuestra lejanía de Dios, de su bondad y de la vida que de Él proviene. Hemos alejado «nuestras» vidas del creador, dador y autor de la vida.
Esta situación podría ser un puente para llevar esperanza a un mundo dividido y lleno de miedo, en el cual la gente realmente está muriendo por esta enfermedad. Y que triste en verdad y que doloroso, que sean los más ancianos los más afectados. ¿Te imaginas tú como un joven estudiante, vivir en un mundo sin ancianos? Sin tus abuelos, sin tus padres, sin la experiencia que sus vidas representan, sin la preservación de la vida que su autoridad significa. La dignidad humana no acaba a los 60 u 80 años, la muerte de una anciano es trágica y terrible.
La pandemia bien podría acabar en algunos meses, pero la condición caída del corazón nos puede acompañar por mucho más tiempo,Así que te animo a que tomes una pausa, vuelvas a leer el texto de Marcos y medites sobre la verdadera condición del ser humano y de esta sociedad de la cual somos parte. Piensa en si realmente conoces al Señor Jesús y si vives en esta realidad de su reconciliación lograda en la cruz, en la gloriosa victoria sobre la muerte, en la cual, la resurrección es el más brillante testimonio de dicha victoria, y si estás llevando este mensaje de reconciliación a otros.
Si le quieres conocer aún más o dar a conocer a otros, aquí te dejamos algunas oportunidades en las que puedes participar en estos días de cuarentena y evites el ocio. Te animamos a lavarte las manos constantemente y recurrir al Único que puede lavarnos efectivamente las manos, el corazón y todo nuestro ser, Jesús, el Cristo de Dios.
Posdata: Solo recuerda que después del sismo del 2017 en México, las personas siguieron sus vidas sin un profundo arrepentimiento, ¿Estaremos ante lo mismo?
Apocalipsis 9:20.
Toma nota de lo que nos dice Roxana Jiménez, Médico Neonatóloga y amiga de Compa:
El COVID 19, virus causante de la pandemia actual. Hasta ahora se sabe que se transmite a través de gotas emitidas de la vía respiratoria y por contacto directo con las personas infectadas. También a través de contacto indirecto con objetos contaminados con esas gotitas de la vía respiratoria.
Después de tener el contacto puedes manifestar enfermedad en un lapso de 1 a 14 días, con promedio de 5 días aproximadamente, una vez contagiado puedes evolucionar a gravedad en una 1 a 2 semanas. Debido a que el coronavirus causa una enfermedad nueva entre los seres humanos, no tenemos inmunidad en nuestro cuerpo y tampoco una cura específica.
Nuestra arma por el momento es la prevención. Evitando propagar secreciones (besos, tos, estornudos, manos contaminadas), disminuir el contacto directo (abrazos, saludos, tocarse la cara, distancia mayor a 1m) e indirecto (objetos contaminados).
A pesar de todo ello no tendremos el control absoluto de la situación, pero por la gracia de Dios sabemos que nuestra confianza se fundamenta más allá de todo lo humano, en Jehová Dios todopoderoso que sí tiene el control por sobre todas las cosas. Confiemos en Su palabra, por su gracia es que no hemos sido consumidos y sus misericordias son nuevas cada mañana.
Recordemos que confinó a un pequeño grupo en un arca, tengamos confianza como la tuvo Noé, en ese largo tiempo. Miremos adentro, no solo en el hogar sino también en nosotros mismos, busquemosle, oremos a Él, aprovechemos bien el tiempo. Pues nada nos podrá separar del amor de Dios. El Señor Jesús sea con nosotros.
Escrito por Daniel Márquez y Roxana Jiménez




http://moclam.org/es/

http://moclam.org/es/

http://moclam.org/es/