Como todos los años, el pasado 31 de octubre de 2012 se celebró en nuestra escuela una exposición de ofrendas, disfraces, bailes, rituales (entre otras cosas) con el fin de festejar el día de muertos; el ambiente dentro de la escuela se torna con un sentir “de relajo” y tradición, pero también ocultista y frívolo… así que, ante tal situación, decidimos participar como célula afrontando con el evangelio lo celebrado en ese día.
Como algunos miércoles lo habíamos hecho, decidimos reunirnos y salir de dos en dos por toda la escuela hablando de Jesucristo. Así que, con una playera blanca (e incluso unas diseñadas por nosotros mismos con el lema “Jesús, fuente de vida”), nos dispusimos a predicar acerca de la vida que Jesús ofrece en un día donde todos celebraban a la muerte. Al regresar pudimos compartir las experiencias y aprendizajes obtenidos, hubo experiencias de todo tipo, pero todos coincidimos en algo: Es necesario hablar del que da VIDA verdadera en medio de una generación que ya no sabe ni qué o para qué vivir. Pude darme cuenta de la gran necesidad que tiene mi escuela de Jesucristo, de un sentido, de un propósito, de una identidad. ¡Su alma clama por Él!
Doy gracias a Dios por la oportunidad que me brinda para servir en mi escuela, por mis amigos y hermanos que también lo hacen y por las bendiciones y el respaldo que nos muestra cuando hacemos las cosas en su nombre.